Lauren Bacall no necesitó premios, ni intervenir en muchas películas, para convertirse en un verdadero mito del cine. Tenía dos cosas que no se compran en los supermercados: una mirada arrebatadora y toneladas de clase.
Lauren Bacall no necesitó premios, ni intervenir en muchas películas, para convertirse en un verdadero mito del cine. Tenía dos cosas que no se compran en los supermercados: una mirada arrebatadora y toneladas de clase.