Entiendo que al poder le moleste no ostentar el monopolio absoluto de la violencia, pero me gustaría pedirle una cosa al ministro del Interior, Jorge Fernández-Díaz: dedique sus energías y las de todo el personal a su servicio a las mafias internacionales y al terrorismo yihadista, que de tan buena implantación gozan en España, y deje de inventarse enemigos en la extrema izquierda que están muy lejos de ser reales. Al menos, de momento y si usted no los azuza. Hablando del terrorismo yihadista, no olvide, nefasto ministro de la mordaza e iluminado caballero, que usted pertenece a un partido político que antes, durante y después del atentado más sangriento perpetrado jamás en España dio una verdadera lección de todo lo que no debe hacer un Gobierno en circunstancias tan trágicas. Veo que ustedes no aprenden, y en parte lo hago con alegría, pues su pertinacia en el error hará que usted y su camarilla sean desalojados de muchos sillones que jamás debieron ocupar. Que así sea, el país necesita a su partido en otros lugares: en la oposición, quienes hayan sido honrados en el ejercicio de sus cargos, y en la cárcel, los demás.