Terminó el Eurobasket 2015 con el merecido triunfo de una España que fue de menos a más en el campenato y que, agarrada al liderazgo de un Pau Gasol superlativo, supo sufrir y demostró lo que puede hacerse cuando hay talento, compromiso y no nos dedicamos a sabotearnos entre nosotros. Pocos (y no me incluyo entre ellos) apostaban por una España plagada de bajas a la que una primera fase tirando a horrible obligó a circular por la parte más dura del cuadro. El esfuerzo defensivo, el inconmensurable acierto de un Pau Gasol que sacó lo mejor de su extenso repertorio y las esporádicas apariciones de Mirotic y de los jugadores que este año han llevado al Real Madrid a conseguir todos los títulos en juego, llevaron a España a la obtención de su tercer Eurobasket de los últimos cuatro celebrados, extendiendo el dominio de una generación irrepetible.
La plata fue para una Lituania que ofreció una versión más aguerrida y menos brillante de la habitual, pero que volvió a colarse en los puestos de honor. Rodeando a su estrella Valanciunas de una cohorte de jugadores curtidos en mil batallas, la escuadra báltica ha sabido competir, disimular sus debilidades y explotar las de sus adversarios. La plaza olímpica es el justo premio a su esfuerzo.
Poco consuelo supone la medalla de bronce para una Francia diseñada para ganar. El equipo galo, que en general hizo un campeonato bastante correcto, sucumbió en la semifinal ante España víctima de la presión (no ha de ser fácil mostrar tu mejor nivel ante 27.000 personas que esperan que ganes… pero sospecho que tampoco fue muy cómodo para los rivales de Francia jugar en ese ambiente) y del flojísimo partido de su estrella, Tony Parker, muy discreto durante todo el torneo. Una vez más, decepción para el país organizador.
La Serbia de Djordjevic siguió una trayectoria inversa a la de España. Brillante al comienzo, se mostró como clara candidata al oro hasta que una desastrosa semifinal ante Lituania hundió a una escuadra lastrada por la inconsistencia de sus líderes en la pista, Teodosic y Nemanja Bjelica. Los serbios dejan el torneo con la sensación de haber desaprovechado una gran oportunidad.
Del resto, destacar a la República Checa, que se ganó un puesto en el Preolímpico gracias a Vesely y Satoransky, a una Grecia que se fue del torneo perdiendo un solo partido… pero que fue el que no se debe perder, los cuartos de final, y los momentos de desparrame ofensivo de los tiradores italianos, tan talentosos como anárquicos e indolentes. Mi cinco ideal: Satoransky, De Colo, Gentile, Nemanja Bjelica y Pau Gasol, el mejor con diferencia.