FLAMENCO. 1995. 98´. Color.
Dirección: Carlos Saura; Guión: Carlos Saura; Dirección de fotografía: Vittorio Storaro; Montaje: Pablo G. Del Amo; Dirección musical: Isidro Muñoz; Diseño de producción: Rafael Palmero; Dirección artística: Eduardo Hidalgo, hijo; Producción: Juan Lebrón, para Juan Lebrón Producciones (España).
Intérpretes: Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar, Enrique Morente, Joaquín Cortés, José Menese, Lole y Manuel, Mario Maya, José Mercé, Matilde Coral, Carmen Linares, Merche Esmeralda, Chocolate, Manuela Carrasco, Farruco, Fernanda de Utrera, La Paquera de Jerez, Manzanita, Ketama, Tomatito, Agujeta, Manuel Moneo, Paco Toronjo, María Pagés, Aurora Vargas, Remedios Amaya, Juana la del Revuelo, La Macanita, Chano Lobato, Rancapino, Potito, Duquende, Belén Maya, El Grilo, Pepe de Lucía, Diego Carrasco, Moraíto Chico, Juan Manuel Cañizares, Antonio Toscano, Farruquito, José Luis Gómez (Narrador).
Sinopsis: Documental que recoge las actuaciones de los máximos exponentes del arte flamenco.
Ya desde Bodas de sangre era conocida la pasión por el flamenco, en especial por el baile, del director aragonés Carlos Saura. Coincidiendo con la Exposición Universal de 1992, Saura realizó el documental Sevillanas, que repasaba la historia de esta forma musical típica de la capital andaluza. Apenas tres años más tarde, dio un paso adelante y, con Flamenco, dirigió el documental definitivo sobre el arte gitanoandaluz.
Decía Frank Zappa que escribir sobre música es como bailar sobre arquitectura. Saura se aplica el cuento, reduce al mínimo la narración y deja que sean los artistas quienes, a través de un recorrido por los palos más señeros del flamenco, expongan su tradición, su presente y su futuro. Es de elogiar la labor del director, secundado por consejeros de lujo como Isidro Muñoz y José Luis Ortiz Nuevo, a la hora de ir a la esencia en lugar de hacer concesiones a lo comercial: Flamenco va derecho a lo puro. Martinetes, bulerías, seguiriyas, tangos, guajiras, farrucas, soleares, tarantas, fandangos alosneros, peteneras y rumbas se suceden en la pantalla, interpretadas por las grandes estrellas del género, muchas de las cuales, por desgracia, no están ya con nosotros. Por eso, resulta doblemente impactante ver a grandes como La Paquera de Jerez, Enrique Morente o Paco de Lucía, entre muchos otros, dejar vivo testimonio de su genio. Todo ello con la mágica iluminación de Vittorio Storaro, que realza aún más si cabe los rostros, las miradas, los gestos y el duende de la pléyade de artistas que, uno tras otro o en memorable tarea conjunta, van desgranando los diferentes rostros de esta maravillosa música. La puesta es escena es cuidadísima y rebosa el buen gusto propio de uno de los más estéticos cineastas españoles.
Poco más se puede decir. Para los aficionados, éste es un documental de referencia. Cada actuación es un mundo. Los profanos pueden encontrarlo árido, pero si saben dejarse llevar y encontrar el sentimiento («la raicilla del grito», que dijo el poeta), esta película puede abrirles la puerta a una música llena de verdad y de belleza, que veinte años después sigue gozando de una salud excelente.
Vídeo de la aparición en la película del genio de Algeciras: