Hace tiempo que amigos, conocidos y saludados me dicen que soy caro de ver. Tengo mis motivos: durante un simple paseo por la ciudad pueden sucederle a uno cosas terribles, sucesos que pueden acarrear graves consecuencias físicas y morales. El pasado sábado, sin ir más lejos, mi habitual excursión de mediodía en busca de películas para ampliar mi colección tuvo un final abrupto. Caminaba por la calle Bergara cuando lo que empezó como un lejano ruido infernal tomó terrible forma delante de mis narices, que esperaban con cada vez mayor impaciencia que el semáforo cambiara de color. ¿De qué se trataba? ¿Bandas latinas saludándose a puñaladas? ¿Una manifa indepe? ¿Un corro de guiris viejunas de despedida de soltera, con sus pollas de plástico en la cabeza? Algo casi peor, una vieja pesadilla que uno creía superada y regresó con toda su fuerza: la tuna. Un montón de tíos con traje ridículo y bandurria en ristre cantaba Mamá Inés ante la incomprensible pasividad de las fuerzas de orden público presentes en la zona. Indefenso como un pacifista en un capítulo de The walking dead, no tuve otra opción que salir a la carrera, abriéndome paso a empujones entre las hordas de guiris, ajenos al horrible destino que les aguardaba, y la complicidad de los manteros, que se pusieron a correr también, imagino que por deformación profesional. Lo dicho, la ciudad encierra grandes peligros, y nunca se es lo bastante precavido.
Buenas, don Alfredo.
Celebro el color de sus crónicas. Estimulan sus palabras mi imaginación y me hacen volar desde esta madriguera donde duermo. No sé si usted lo sabrá, pero quien le escribe estas torpes frasecillas mal cosidas no es más que un simple topo…
Se le saluda. Y se le pide que nunca sea demasiado generoso respecto a lo que otro ser humano puede llegar a no saber. De entre las diversas especies animales que pueblan las ciudades, prefiero mil veces a los topos antes que a pavos reales, víboras, urracas, loros, gorrinos, ratas de alcantarilla, zánganos, cucarachas o sanguijuelas. Animal minusvalorado, el topo. Además, da título (en España) a una muy buena (y desencantada) película, cuya reseña posteé en este blog y me permito recomendarle, por si acaso no la ha visto.
Muy buen artículo. Realmente cosecha de semilla negra. He reído lo mio
Celebro que le haya gustado. De eso se trata, de reír. Aunque desde el sábado pasado, cuando salgo de casa, no dejo de mirar en todas direcciones, por si acaso.