Para culminar mi apretada agenda musical de esta semana, anoche fui al Conservatori del Liceu para asistir al concierto del trompetista polaco Tomasz Stanko, que junto a su New York Quartet venía a Barcelona a presentar Wislawa, álbum que vio la luz en 2013 y que está concebido como un homenaje a la poetisa Wislawa Szymborska, premio Nobel de Literatura en 1996 y colaboradora de Stanko (o viceversa) en algunos proyectos conjuntos. Por ello, la actuación estaba concebida como un espectáculo multimedia, que incluía vídeos, lectura de poemas y la actuación del conjunto jazzístico.
Ofició como maestro de ceremonias un prestigioso físico polaco, de cuyo nombre no logro acordarme, aficionado al jazz y afincado en Barcelona. Hombre peculiar, parece uno de los protagonistas masculinos de The Big Bang Theory con treinta años más, e hizo unos cuantos comentarios divertidos. El acto en sí comenzó con la lectura de cuatro poemas de Szymborska, poetisa de calidad indiscutible, con un breve solo de trompeta a cargo de Stanko y con la proyección de dos vídeos. En el primero de ellos, el cineasta Andrzej Wajda hacía unos irónicos comentarios sobre la naturaleza polaca; en el siguiente, la propia autora leía algunos de sus poemas.
Acto seguido, empezó la actuación musical, de la que no voy a cuestionar su calidad, pero sí su capacidad comunicativa. Tomasz Stanko es, hoy en día, uno de los más notables representantes del llamado sonido ECM, famoso por su perfección, pero también por su frialdad. Y algo de eso tuvo el concierto. A canciones como Faces, Oni o Mikrokosmos, pocos peros se les pueden poner, en lo compositivo y en la manera en que fueron interpretadas, salvo la falta de una magia que sí aparecía en las palabras de Wyslawa Szymborska. El pìanista David Virelles y, sobre todo, el batería Gerald Cleaver tocaron a un buen nivel, Stanko es un músico cuyo prestigio está más que justificado, pero faltó ese punto de chispa que separa los conciertos logrados de los memorables. El espectáculo, eso sí, estuvo muy bien diseñado, y culminó con los versos de la homenajeada, recitados por ella misma en un último vídeo que puso punto y final a una buena noche de jazz, dedicada a una escritora a la que hay que leer.
Una de las mejores canciones del proyecto, que lleva el nombre de la homenajeada:
Oni: