Es 1 de mayo, luce el sol en Guirilona, y a mí, que no necesito que nadie me venga a explicar lo que es la clase obrera. me da por hablar de especímenes que me molestan. Por ejemplo, me molestan quienes se hacen pasar por progresistas sin otro objetivo que el de ganar adeptos para su nada progresista causa (¿verdad, Puigdemont?). Y mucho más aún me molestan los demócratas de toda la vida que están muy preocupados por el avance de lo que ellos llaman el populismo de izquierdas, pero no tanto por el (éste sí) imparable auge del populismo de derechas en todo el mundo. Será, supongo, porque en el fondo saben que la derecha radical nunca atacará sus privilegios, y esos intrusos de la nueva política tal vez sí lo hagan. El miedo es libre, pero se ruega a los apoltronados que no intenten espantárselo tomándonos por idiotas. Déjennos pensar en paz.