La segunda vuelta electoral ha supuesto, en primer lugar, un retroceso para las fuerzas progresistas, para las que el resultado electoral es muy decepcionante. A quienes están encantados con retener el segundo puesto, sólo recordarles lo que han sido, y para lo que han quedado. Visto el reparto de escaños, está claro que el pacto PSOE-C´s ha reforzado al Partido Popular, que incrementa las diferencias sobre sus adversarios, y que (en contra de lo que casi todos esperábamos) la confluencia Podemos-IU, más que sumar, ha acabado restando. No veo otra opción que un gobierno encabezado por el partido ganador, el cual tendrá que lidiar con los 10.000 millones de recortes extra y con las consecuencias del Brexit, entre otras cosas. El resto, a meditar, porque está claro que sus estrategias han resultado equivocadas.
D’aixooooooò. Ja saps què en penso. Potser algun dia haurem de fer un pensament.
De moment, el que hem de fer és una reflexió. Sobre el país, sobre nosaltres mateixos i sobre els encerts i errors dels partits als quals recolzem. Si això es fa amb autocrítica i humilitat, i, en el cas concret de Podem, sense caure en inútils baralles internes, el desastre de diumenge potser es quedarà en una gran putada puntual i reversible. Si no, benvinguts al desert, que ens hi estarem una bona estona.