Triunfo apoteósico de Steve Vai en una sala Barts llena hasta la bandera. El rey de las guitarras alienígenas volvía a Barcelona dentro de la gira en la que conmemora el 25º aniversario del que para muchos sigue siendo su mejor álbum, Passion and warfare. Hasta ahora, Vai nunca había tocado el álbum íntegro en directo. Ha valido la pena esperar.
Después de la proyección de una escena de Cruce de caminos, película que le hizo famoso, Steve Vai y su banda aparecieron en el escenario. El guitarrista lucía uno de esos atuendos marcianos tan de su gusto, y en lo musical la cosa no pudo empezar mejor, con Bad horsie. No importó el calor reinante, ni que la guitarra de Dave Weiner fuera apenas audible: en la sala se respiraba el aroma de las grandes ocasiones. Y no puede negársele a Vai ni su apabullante virtuosismo, ni la calidad de su repertorio, ni su sentido del espectáculo. Por jugar con la palabra inicial del disco homenajeado, no creo que Vai sea un músico que, salvo en contados momentos, apasione, sino que es más bien de hacerte flipar en colores cuando le escuchas y le ves actuar. Sonaron tres canciones más de otros álbumes, y pasamos al plato fuerte. Se inició con un momento que, para mí, fue emocionante, pues la interpretación de Liberty estuvo acompañada por la proyección de la versión que de esta pieza hizo Vai en el Festival Leyendas de la Guitarra, celebrado en Sevilla allá por 1991, junto a Brian May. Vi ese concierto por televisión, rodeado de amigos, y para mí es inolvidable. Las proyecciones dieron para mucho más, pues permitieron (milagros de la tecnología) a Vai tocar The riddle junto a Joe Satriani, e interpretar los solos de The audience is listening a dúo con John Petrucci. Es decir, que tuvimos un G3 allí mismo, vídeo mediante. For the love of god sonó tan inspirada como siempre, pude disfrutar por fin de I would love to y Blue powder en directo, y Passion and warfare se completó con éxito. Después, Vai volvió a sus inicios e interpretó, también con la presencia videográfica del maestro, la pieza que Frank Zappa compuso expresamente para él. Hubo presencia en el escenario de jóvenes fans (una de las cuales apunta a estrella mediática), e incluso un bis con el artista ataviado con una camiseta del Barça en la que, a Dios gracias, no figuraba la inscripción Todos somos Messi. Total, éxito indiscutible del artista. 25 años después, Passion and warfare sigue siendo la pera.
Videoclip del tema con el que empezó el concierto:
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