A GIRL WALKS HOME ALONE AT NIGHT. 2014. 98´. B/N.
Dirección: Ana Lily Amirpour; Guión: Ana Lily Amirpour; Dirección de fotografía: Lyle Vincent; Montaje: Alex O´Flinn; Dirección artística: Sam Kramer; Música: Canciones de Kiosk, Radio Tehran, Farah, White Lies, Federale, etc.; Diseño de producción: Sergio de la Vega; Producción: Sina Sayyah y Justin Begnaud, para Say Ahh Productions- SpectreVision-Logan Pictures- Black Light District (EE.UU.).
Intérpretes: Sheila Vand (La chica); Arash Marandi (Arash); Marshall Manesh (Hossein); Mozhan Marnò (Atti); Dominic Rains (Saeed); Rome Shadanloo (Shaydah); Milad Eghbali, Reza Sixo Safai, Ray Haratian, Ana Lily Amirpour.
Sinopsis: En la imaginaria ciudad iraní de Bad City, un muchacho de padre yonqui y madre prostituta se encuentra con una misteriosa joven.
La joven directora Ana Lily Amirpour, que ya había realizado varios cortos, decidió dar el salto al largometraje adaptando la historia de uno de ellos, Una chica vuelve a casa sola de noche. El film resultante ganó varios premios en festivales internacionales y ha colocado a Amirpour en el mapa de las jóvenes promesas a seguir.
Amor, drogas y vampirismo en los bajos fondos. Eso es, en resumen, Una chica vuelve a casa sola de noche, película, rodada en lengua persa, que reúne varias de las virtudes, y no pocos de los defectos, del llamado cine Sundance. Filmada en un blanco y negro que la favorece, pues le otorga aroma retro, un halo de misterio y ayuda a esconder sus limitados medios, esta película debe mucho a The addiction, uno de los menos valorados, pero también más interesantes, films del director Abel Ferrara. Blanco y negro, vampiros y drogas duras son demasiados puntos en común como para pasarlos por alto. Se trata, como toda obra moderna que se precie, de un film multirreferencial, pero las huellas de Ferrara son fáciles de seguir.
Arash es un joven que trabaja como jardinero de una familia rica. Vive con su padre, que es yonqui, en Bad City, un suburbio. Por culpa del dinero que éste debe a Saeed, un traficante, Arash pierde su bien más preciado, el coche que comró después de ahorrar durante años. Roba unas joyas en la casa en la que sirve con la intención de recuperarlo, pero cuando llega a casa de Saeed descubre que ya no debe preocuparse por él: alguien con unos colmillos muy afilados le ha mandado al otro mundo. Arash decide sustituir a Saeed en su lucrativa profesión, al tiempo que se encuentra con una extraña joven vestida con hiyab.
Hay quien ha visto en Una chica vuelve a casa sola de noche huellas de David Lynch, por la peculiar historia de amor en ambiente sórdido y el personalísimo uso de la música, en ocasiones muy deudora de Ennio Morricone y otras veces similar a una versión persa de la habitualmente empleada por Sofia Coppola, Incluso hay quien ve en el film una parábola sobre la atracción que el islamismo ejerce sobre cierta clase de jóvenes desarraigados. Puede ser, pero insisto en que la sombra de The addiction es mucho más alargada. La película arranca bien, posee atmósfera, resulta dispersa en su parte central (a nivel de concepto, creo que toda la película peca de dispersión), a ratos se ahoga en su propia modernidad y, al final, vuelve a remontar el vuelo. En el haber de la directora, decir que el film no da la sensación de ser un cortometraje estirado como si fuera un chicle, sino una ópera prima muy meditada. El desconocido grupo de técnicos contribuye a que el film no resulte torpe y no pierda ese halo de misterio que lo hace interesante.
Los actores no me parecen nada del otro jueves, destacando el más veterano, Marshall Manesh, en el papel del heroinómano padre de Arash. La pareja protagonista no es que sea un dechado de expresividad, aunque este presunto defecto combina bien con el carácter introvertido de sus personajes. Mozhan Marnò resulta muy adecuada para ese papel de prostituta triste que la directora le brinda.
Más interesante que buena, Una chica vuelve a casa sola de noche posee virtudes, que habrá que ver cómo desarrolla Ana Lily Amirpour en el futuro, y tics muy manidos en el cine independiente que, con todo, no llegan a deslucir el resultado. El futuro dirá si la directora es capaz de cumplir lo que aquí promete, y de subir el nivel a medida que su carrera avance. Por lo pronto, en su debut hay un puñado de buenas escenas, y un conjunto nada desdeñable.