CLOSE ENCOUNTERS WITH VILMOS ZSIGMOND. 2015. 82´. Color.
Dirección: Pierre Filmon; Guión: Pierre Filmon; Dirección de fotografía: James Chressanthis, Olivier Chambon, Giulio de Vita, Marie Spencer, Payam Azadi y Luca Coassin; Montaje: Charlotte Renaut; Música: Samy Osta; Producción: Pierre Filmon y Jean-François Moussie, para Fastprod-Lost Films (Francia).
Intérpretes: Vilmos Zsigmond, Ivan Passer, John Boorman, Darius Khondji, Haskell Wexler, John Travolta, Nancy Allen, Isabelle Huppert, Caleb Deschanel, Stephen Goldblatt, Richard Donner, Bruno Delbonnel, Peter Fonda, Mark Rydell, Vittorio Storaro, Susan Roether-Zsigmond, Dante Spinotti, Jerry Schatzberg.
Sinopsis: Repaso por la obra del director de fotografía húngaro Vilmos Zsigmond.
Hablar de Vilmos Zsigmond es hacerlo del hombre que iluminó algunas de las películas que han hecho amar el cine a personas de diferentes generaciones. Nacido en Hungría, país del que huyó tras la invasión soviética de 1956, Zsigmond consiguió hacerse un hueco en la industria norteamericana tras varios años puliendo su talento en un sinfín de olvidables largometrajes de serie B. La película de Pierre Filmon aprovecha un homenaje que se le hizo a Zsigmond en Cannes hace unos años para repasar la trayectoria de quien, junto a Gordon Willis, cambió la forma de iluminar las películas.
Los vividores, Defensa, El espantapájaros, El largo adiós, Fascinación, Encuentros en la tercera fase, El cazador, La puerta del cielo e Impacto forman el corpus básico de la aportación que Vilmos Zsigmond hizo a la historia del cine. En todas estas películas (cuatro de ellas reseñadas en este blog), que reúnen muchas otras cualidades, destaca esa luz que el homenajeado define como realismo poético, una forma de aportar belleza pictórica a las imágenes sin caer en un embellecimiento gratuito que pueda desvirtuar el sentido de la película en la que se trabaja. El cameraman húngaro repasa su trayectoria rindiendo homenaje a quienes, como Haskell Wexler, le apadrinaron en su camino hacia el éxito y recordando a aquellos directores (Robert Altman, John Boorman, Steven Spielberg, Michael Cimino y Brian de Palma) que junto a otros muchos cambiaron el cine en los 70 y lideraron la última época dorada del séptimo arte. Esas maravillosas películas no serían lo mismo sin la luz de este húngaro de enorme talento.
Desde la década de los 80, Zsigmond pone su maestría al servicio de producciones que, en su inmensa mayoría, no pasarán a la historia. Ni siquiera sus posteriores colaboraciones con cineastas mayores como Woody Allen o, de nuevo, Brian de Palma, se producen en las obras más importantes de éstos, aunque el trabajo del húngaro, quizá menos espectacular pero igual de sobresaliente, no deja de ser de gran nivel. Por ello, no es de extrañar su confirmación en la categoría de maestro de las nuevas generaciones, factor que en la película dejan patente los comentarios de Darius Khonji o Bruno Delbonnel.
Quizá lo más interesante del film, además del repaso a obras míticas, sean las reflexiones de Zsigmond sobre el paso del celuloide al formato digital, que por un lado democratiza el cine, pero por el otro lo simplifica técnicamente y, tal vez, dificulta la eclosión del verdadero talento, el del pionero que vence las dificultades de una forma nueva y marca un camino que los demás seguirán. Iluminados por Vilmos Zsigmond es un documental interesante de ver, tanto en su vertiente de homenaje como en el análisis más estrictamente técnico de la cinematografía. Repasar medio siglo de carrera en menos de hora y media supone que el estudio sea necesariamente superficial, pero bienvenido sea el recuerdo a alguien que fue muy importante en el resultado final de algunas de mis películas favoritas.