WALK THE LINE. 2005. 136´. Color.
Dirección: James Mangold; Guión: Gill Dennis y James Mangold, basado en las autobiografías de Johnny Cash; Dirección de fotografía: Phedon Papamichael; Montaje: Michael McCusker; Música: T-Bone Brunett. Canciones de Johnny Cash; Dirección artistica: John R. Jensen y Rob Simons; Diseño de producción: David J. Bomba; Producción: James Keach y Cathy Konrad, para Fox 2000 Pictures-Tree Line Films-Konrad Pictures- (EE.UU.).
Intérpretes: Joaquin Phoenix (Johnny Cash); Reese Witherspoon (June Carter); Ginnifer Goodwin (Vivian Cash); Robert Patrick (Ray Cash); Dallas Roberts (Sam Phillips); Dan John Miller (Luther Perkins); Shelby Lynne (Carrie Cash); Tyler Hilton (Elvis Presley); Waylon Payne (Jerry Lee Lewis); Shooter Jennings (Waylon Jennings); Sandra Ellis Lafferty (Maybelle Carter); Larry Bagby, Clay Steakley, Johnathan Rice, Johnny Holiday, Ridge Canipe, Lucas Till, James Keach.
Sinopsis: Biografía del cantante Johnny Cash, que pasó de la pobreza a convertirse en una de las grandes estrellas de la música country.
Aunque la mayor parte de su filmografía no da para dejarse llevar por el entusiasmo, el director James Mangold ha realizado algunas películas notables, entre las que ocupa un lugar preferente En la cuerda floja, film biográfico sobre el legendario cantante estadounidense Johnny Cash que funcionó muy bien en taquilla, gustó a la mayor parte de la crítica y catapultó a su pareja protagonista a los mayores premios interpretativos otorgados en el año 2005.
La película, cuyo guión se basa en las memorias del propio Cash, sigue la típica estructura de explicar la historia en flashback partiendo de un momento que remite al protagonista a su infancia: en este caso, Cash, que espera en las dependencias de la prisión de Folsom para volver al escenario en su mítico concierto de 1968, observa una sierra mecánica que hay en los talleres de la cárcel, un artilugio casi idéntico al que segó la vida de su hermano mayor cuando Johnny tenía doce años. A partir de ese traumático suceso, se nos explica el largo y azaroso trayecto que llevó a Johnny Cash hasta ese momento crucial de su carrera como cantante.
Lo primero que hay que reconocerle a James Mangold es el haber hecho un film cautivador, en el que la música aparece por todas partes y lo hace siempre con sentido. Este es un factor que contribuye de manera decisiva a que las dos horas y cuarto de metraje pasen muy deprisa para el espectador, ya sea éste experto conocedor de la vida y obra de Johnny Cash o un simple aficionado. Hablamos de un hombre que, tras conocer una infancia de trabajo duro y ningún cariño paterno, se alistó en el ejército (su forma de resumir su experiencia militar frente al que sería su primer productor no puede ser más aguda), contrajo matrimonio con una mujer que le dio tres hijas y pasó por distintos empleos hasta conseguir su primer contrato de grabación y embarcarse en una serie interminable de giras junto a otras estrellas pujantes como Elvis Presley, Jerry Lee Lewis, Carl Perkins, Roy Orbison y el gran amor de su vida, June Carter. Fueron precisamente el brutal ritmo de trabajo (Cash llegó a ofrecer 300 conciertos al año) y el rechazo de ella a entablar una relación amorosa con el cantante los factores que empujaron a éste a un frenético consumo de anfetaminas y alcohol que estuvo a punto de hundir del todo su carrera y su vida, convirtiéndole en un tipo violento y depresivo que tuvo diversos problemas con la justicia y provocó innumerables destrozos, hechos sobre los que la película pasa de una manera bastante superficial. En la cuerda floja es una historia de redención, la de una estrella que, en la cúspide del éxito, no es capaz de liberarse de los fantasmas que le provocan el rechazo de las dos personas más importantes para él: su padre y June.
Canciones y hechos se suceden a gran velocidad (aquí es justo hacer una pausa para elogiar la labor de montaje) en un film muy competente en lo técnico y cargado de sensibilidad al que no le pierde ni siquiera su apuesta final por el edulcoramiento. Las escenas clave, en especial la actuación en Folsom, están resueltas de manera magnífica, y los pasajes más tópicos (la relación de Cash con su primera esposa) logran, pese a todo, mantener el tipo.
Los elogios vertidos hacia la pareja protagonista de En la cuerda floja son del todo merecidos, no sólo porque Joaquin Phoenix y Reese Witherspoon interpretan de manera muy convincente todas las canciones cantadas en realidad por Johnny Cash y June Carter, sino porque en las escenas no musicales ambos demuestran una química envidiable y hacen gala de un verdadero estado de gracia. Como el protagonismo de ambos es absoluto, poco importa que el trabajo de los secundarios esté algún escalón por debajo: de los que más aparecen en pantalla, Ginnifer Goodwin cumple en un papel marcado por los tópicos, y Robert Patrick recrea con eficacia ese también típico papel de padre sentimentalmente inválido. Del resto, me quedo con Waylon Payne, que interpreta a un joven Jerry Lee Lewis.
Gran película, que documenta los altibajos en la vida de una verdadera estrella de la música, contiene momentos maravillosos y ofrece un amplio abanico de grandes canciones recreadas de manera más que notable. Mangold no es el mejor Clint Eastwood, que aún podría haberlo hecho mejor, pero consigue acercársele y ofrecer uno de los mejores biopics de este siglo.