Un gobierno patético y lamentable tenía que despedirse haciendo cosas patéticas y lamentables, como indultar a poderosos banqueros contra el dictamen del Tribunal Supremo. Y lo peor no es el hecho en sí, sino que indultadores e indultado van a irse de rositas y vivirán tranquilos y felices el resto de sus fétidas existencias, como todos los corruptos, incompetentes y sinvergüenzas de colegio privado y VISA Oro que han esquilmado el país y aspiran a quedarse con lo poco que queda, pues sólo se diferencian de Al Capone en una cosa: si el sanguinario Alfonso viviera hoy y fuese español, jamás pisaría la cárcel.