Que si fascista, que si racista (le falta que le llamen “machista” para hacer pleno; si le pide consejo a Jové, seguro que lo logra), la verdad es que al pobre Quim Torra (Joaquín Tuesta, en el idioma de los neandertales españoles; imagino que los demasiados seres de apellidos poco nostrats que apoyan la causa indepe andarán un tanto incómodos al saber que el recién elegido les considera escoria racial de segunda clase) no le están dando tregua. Y eso que el hombre ha llegado a la cúspide (a la suya, quiero decir), en la política y en la vida: ya es presidente de paja. Dadas sus reticencias a ocupar el despacho presidencial, no vaya a ser que el gurú se le cabree, y dada su condición de Monchito del fugado Pelucas, le sugiero que ejerza su actividad de molt honorable desde el servicio de caballeros (no en el de señoras, que aún le empapelarán por mirón, y eso sería más ridículo que martirológico), lugar siempre propicio para la paja. No obstante, debo decir que estoy de acuerdo con Tuesta en eso de que Carcaluña necesita una limpieza étnica. Es más, la necesita el mundo entero. Pero dudo que la que yo propongo, y lo voy a hacer con música, sea del agrado de Tuesta. Porque mira que es antiestético, el supremacista de los cojones…