BURN-E. 2008. 7´. Color.
Dirección: Angus MacLane; Guión: Angus MacLane, Andrew Stanton y Derek Thompson; Montaje: Steve Bloom; Música: J.A.C. Redford; Diseño de producción: John Lee; Producción: Galyn Susman, para Pixar Studios-Walt Disney Pictures (EE.UU.).
Intérpretes: Angus MacLane (Voz de Burn-E); Tessa Swigart (Voz de la computadora de mantenimiento).
Sinopsis: Un robot debe reparar una avería en el exterior de una nave espacial, pero una serie de imprevistos hacen que quede atrapado fuera de ella.
Burn-E es un cortometraje de Pixar que acompañó el estreno de una de las obras mayores del estudio, Wall-E, y supuso el debut en la dirección de Angus MacLane. Se trata de un breve, pero espectacular divertimento protagonizado por un robot obrero, dedicado al mantenimiento de una nave espacial. La caída de un meteorito inutiliza uno de los postes eléctricos que iluminan el exterior de la nave y, como de costumbre, Burn-E acude raudo a solucionar el problema. Sin embargo, por una u otra circunstancia, la reparación no llega a buen puerto.
Sin llegar a la genialidad de algunos de los mejores cortos de Pixar, Burn-E es una pequeña gran película, divertida y de enorme belleza. La anécdota de la reparación imposible se mezcla con una estética, una vez más, impactante, y con los consabidos homenajes a films clásicos, como por ejemplo, 2001 (el baile espacial entre los dos protagonistas de Wall-E, la música clásica -en este caso, el Himno a la alegría-…), dando como resultado el alto nivel de virtuosismo y diversión que marca la trayectoria de Pixar desde sus mismos comienzos.
Angus MacLane cumple con nota. Si al principio, la narración se inclina más por el espectáculo, al final se impone el lado cómico, ante las crecientes dificultades del pobre robot para arreglar la avería en la nave sin perder la cabeza, literal y figuradamente, en el intento. El guiño final es humor de la mejor clase. Qué mejor que terminar un brillante cortometraje con una sonrisa, no precisamente estúpida. Entretenimiento de primera calidad para que los niños disfruten, y para que los adultos puedan serlo durante unos minutos.