MORENTE: EL BARBERO DE PICASSO. 2010. 88´. B/N-Color.
Dirección : Emilio R. Barrachina; Guión: Emilio R. Barrachina, Enrique Morente; Dirección de fotografía : Ismael Issa; Montaje : Benjamín Carlos Padilla; Dirección musical: Enrique Morente; Música: Enrique Morente. Producción: Marta Lozano, para Ircania-Universal Music-Carisma Films (España).
Intérpretes: Enrique Morente, Aurora Carbonell, Estrella Morente, Soleá Morente, José Enrique Morente, Eugenio Arias, Erik Jiménez, Federico Lechner, Bandolero, David Cerrezuela, Pedro Gabarre, Antonio Carbonell.
Sinopsis: Documental sobre el trabajo que el cantaor Enrique Morente realizó a partir de la obra escrita y pictórica de Pablo Ruiz Picasso.
Este no es un documental cualquiera. En primer lugar, porque celebra a dos genios andaluces, Enrique Morente y Pablo Picasso, unidos desde que en 2008 el cantaor granadino dedicara su excelente disco Pablo de Málaga a dar su visión de la palabra y la obra del, entre otras cosas, máximo representante del cubismo. También porque la inesperada muerte de Morente, ocurrida pocos días después de finalizar el rodaje de esta película, deja el film como testamento musical y vital del que para mí ha sido el Miles Davis del flamenco, la persona que, partiendo de un profundo conocimiento de los cantes tradicionales y de la obra de las figuras señeras del género, optó por la heterodoxia y la experimentación y creó algunas de las obras fundamentales de la música en España. Por estas y otras razones, me es imposible (ni quiero) hacer un análisis objetivo de una película que me negué a ver en el cine y que por fin contemplé anoche en un pase televisivo.
Desde hace unos años, Enrique Morente había centrado su carrera en musicar textos escritos por Picasso. Esta película documenta la plasmación de este trabajo, tanto a través de las palabras del cantaor del Albaicín (barrio granadino en el que están rodadas algunas de las escenas más conmovedoras del largometraje), como, lo que es más importante, de la música, de las actuaciones en directo que acercaron al público esta unión Morente-Picasso. Una de esas actuaciones, ampliamente expuesta en la película, fue la que trajo al cantaor al Liceu de Barcelona el día de la Mercè de 2010. Allí, en el gallinero, estaba yo, asistiendo al que fue uno de los mejores conciertos que he visto en mi vida (y del propio Morente ya llevaba unos cuantos buenos). Quién me iba a decir a mí que aquélla iba a ser la última vez que nos viéramos, que mis citas anuales con el genio granadino se acababan allí. Así fue, y ahora celebro que alguien haya hecho esta película para que esos momentos no se pierdan para siempre.
Además de mucha música, en el film hay también muchas palabras: las de Enrique Morente, siempre tímido ante las cámaras, hablando de la huella que la obra picassiana fue dejando en él a través de los años y de su filosofía vital; las de su mujer e hijos, que explican la influencia, personal y artística, que su esposo/padre tuvo y tiene en sus vidas y en sus carreras; las de Eugenio Arias, español exiliado en París que acabó siendo barbero y amigo personal del pintor malagueño; y las del propio Picasso, en la voz de Morente y en sus obras, especialmente en el inmortal Guernica, que nos dice mucho a quienes nacimos en una ciudad que también fue masacrada por la aviación fascista en aquellos años negros. Delante de este cuadro, en el Museo Reina Sofía de Madrid, tuvieron lugar los últimos cantes, y se escucharon las últimas reflexiones que salieron de la privilegiada garganta de Enrique Morente. También está en la película su última grabación, una versión del tema de Antonio Vega Ángel caído, y una emotiva Adiós, Málaga que sabe a despedida. No es el trabajo definitivo sobre la trayectoria vital, la música y la influencia de Enrique Morente en el flamenco y fuera de él, pero sí el documento de los últimos, y muy creativos, años de trabajo de un cantaor irrepetible.