Ha muerto el político más inteligente de la derecha española, dotado de una capacidad fuera de lo común para adaptarse a los tiempos. Es obvio que su trayectoria está repleta de sombras, que ya se encargarán sus fans de ocultar. También salta a la vista que los herederos políticos de don Manuel, sus correligionarios ahora encumbrados a las mayores cotas de poder de la España democrática, no tienen su nivel ni de lejos.