ON THE OTHER SIDE. 2019. 12´. Color.
Dirección: Zulma Rouge; Guión: Zulma Rouge y Gregory Moore; Director de fotografía: Julien Grisol; Montaje: Gautier Larnicol; Música: Clément Dumoulin; Diseño de producción: Mark Sausset; Producción: Rafael Andrea Soatto, para Offshore (Francia).
Intérpretes: Julien Courbey (Eugène); Joffrey Platel (Jim); Jade Moore, Florence Monge-Lautrain, Daniel Schröpfer.
Sinopsis: Un programador informático se sumerge en un programa que le permite vivir sus sueños de forma prácticamente ilimitada.
Desde el otro lado es el cuarto cortometraje dirigido por Zulma Rouge, una joven realizadora francesa que, como tantos otros han hecho antes, utiliza este medio para hacerse un hueco en la industria. Sin conocer nada de su filmografía anterior, he de decir que este trabajo, en el que se alternan la ciencia-ficción y el realismo sucio, me parece logrado e imaginativo.
Poco más de diez minutos se necesitan para explicar una historia que empieza con mucho glamour (y un virtuoso plano-secuencia), para pasar después a terrenos mucho más mundanos. Si uno ya intuye que la realidad virtual será, si no lo es ya incluso en la actualidad, mucho más interesante que la otra, Zulma Rouge y Gregory Moore, coautores del guión, se apuntan de lleno a esta teoría, pues lo que vemos al principio no es más (ni menos) que un pasaje especialmente emocionante de la vida de Jim, el alter ego virtual de un programador informático que vive, y no es una frase hecha, entre la mugre. Esto lo comprobamos cuando a Jim, previo paso por una recepción de hotel que remite de manera diáfana a David Lynch, se le acaba su historia virtual justo cuando está a punto de acceder a la habitación en la que podrà hacer realidad todos sus sueños (la escena en la que el hombre atraviesa el pasillo observando lo que muestran las distintas habitaciones que precedent a la suya tiene su gracia, qué duda cabe). Pasamos entonces (y las imágenes, que tienden a regodearse en la inmundicia, también lo hacen) a la cruda realidad de un tipo al que, a fuerza de inmersiones en el mundo virtual, ha perdido por completo (salvo alguna esporádica llamada para contactar con sus abuelos) el contacto con la realidad… sin que eso parezca importarle en absoluto.
No estamos ante el trabajo de un novato: hay
medios y oficio, y se adivina la presencia de una directora con porvenir, que
además, visto el desempeño con la steadycam y la técnica de montaje, ya sabe
rodearse de profesionales competentes. Hay tesis, el envoltorio es bueno,
sobran quizá concesiones al efectismo, los actores cumplen (el contraste entre
ambos protagonistas es el que marca la
filosofía de la película) y la historia, desarrollada de un modo adecuado,
incluso podría dar lugar a un largometraje de entidad. Pocas cosas más pueden
pedírsele a doce minutos, sobre todo si éstos no le
sobran al espectador. Recomendable.