BRIEF ENCOUNTER. 1945. 86´. B/N.
Dirección : David Lean; Guión: Noel Coward, basado en su obra de teatro Still life; Director de fotografía: Robert Krasker; Montaje: Jack Harris; Música: Sergei Rachmaninov, Piano Concerto Nº2. Dirección artística: Lawrence P. Williams; Producción: Noel Coward, para Cineguild (Gran Bretaña).
Intérpretes: Trevor Howard (Dr. Alec Harvey); Celia Johnson (Laura Jesson); Stanley Holloway (Albert Godby); Joyce Carey (Myrtle Bagot); Cyril Raymond (Fred Jesson); Everley Gregg (Dolly Messiter); Marjorie Mars (Mary Norton); Margaret Barton, Alfie Bass.
Sinopsis: Laura, una mujer casada y con hijos, conoce casualmente en una estación de tren al doctor Harvey. Ambos se enamoran, se encuentran cada jueves en la misma estación y se ven obligados a decidir si siguen adelante con su amor, o regresan a sus vidas anteriores como si nada hubiese pasado.
Breve encuentro es, sin lugar a dudas, la película más célebre de la primera etapa como director de David Lean, íntimamente ligada a la trayectoria en el cine del dramaturgo Noel Coward. Aún hoy se la considera una de las cumbres del género romántico, y creo que dicha consideración es del todo merecida. El film ilustra una gran verdad, que buena parte de la gente (y del cine más convencional) parece ignorar a propósito: que el amor no se busca, se encuentra. A veces, en un lugar tan anodino como una estación de tren. Con frecuencia, de la manera más socialmente inconveniente. También nos dice la película otra verdad a mi juicio difícilmente discutible: que los grandes amores, los que nos alteran el sueño, nos quitan el hambre, nos sumergen en un estado de aislada felicidad y hacen que todo lo demás (nuestra vida anterior, nuestras pautas establecidas) pase a un segundo plano, se acaban perdiendo. O los acabamos perdiendo, porque la mayoría somos demasiado cobardes para ellos.
Tratándose de una película profundamente romántica, son de destacar, además de la acertada utilización de los personajes secundarios que trabajan en la estación para darle el contrapunto cómico a una historia eminentemente dramática, su elegancia, su sutileza y su contención a la hora de mostrar un fenómeno tan propenso a la sensiblería y tan lindante con lo folletinesco: las miradas, los gestos o la manera de caminar dicen a veces mucho más que las palabras. Lean es un gran cineasta, y nunca se limitó a ilustrar textos ajenos, sino que siempre acabó enriqueciéndolos. Breve encuentro es una buena muestra de ello, pues pocas veces se ha mostrado tan bien en el cine la lucha interior de dos personas que jamás hubieran debido enamorarse la una de la otra, pero lo hacen, y una vez llegados a ese punto, todo salta en pedazos porque hay fuerzas contra las que es muy difícil luchar. Laura Jesson, una mujer ya madura, felizmente casada y con dos hijos, vive una existencia relajada, una vida tranquila y rutinaria que la lleva cada jueves a coger el tren para hacer sus compras semanales. En la estación conoce a un médico, que la socorre por un pequeño percance físico, y lo que en principio no es más que un encuentro casual se convierte en un gran amor, que hará que Laura engañe a su marido y utilice a sus amigas para tapar sus mentiras. Se siente culpable, pero feliz al mismo tiempo. Sin embargo, las conveniencias sociales, presentadas muchas veces en el film en forma de molestas amigas y conocidas de la protagonista, constituyen también una fuerza poderosa, quizá todavía hoy la que evita que más infidelidades potenciales lleguen a cristalizar, o que muchas de las que cristalizan no lleguen más allá de la cama. Al final, la pareja protagonista tendrá que decidir entre romper con su pasado o regresar a él y olvidar (o tratar de hacerlo) su romance. Y tampoco aquí la película deja de ser sutil ni elegante.
Para que un film de estas características funcione han de darse dos condiciones ineludibles: que el guión sea bueno (y éste lo es), y que la pareja protagonista la formen dos buenos actores entre los que, además, haya eso que se suele llamar química. No invento nada si digo que las interpretaciones de Trevor Howard y Celia Johnson rozan lo magistral, y que la pareja que forman ha quedado como una de las grandes de la pantalla. Cuando hay unos actores que saben expresar sin sobreactuar, y un director dotado de un talento especial para captar sus expresiones y mostrarlas con pericia técnica pero sin efectismos innecesarios, el resultado es excelente, como lo es también el uso de la música de Rachmaninov. Por poner un pero, diría que en ocasiones la voz en off de la protagonista resulta redundante respecto a las imágenes, y que echo de menos en la pantalla a la esposa del doctor Harvey, pero aún así, dejo claro que Breve encuentro es todo un clásico del cine, una película de visionado obligatorio para todos los amantes de esta maravillosa forma de arte.