El gobierno español, responsable de todos los males de mi patria chica, ha hecho su buena obra del año indultando a dos ex-altos cargos de la Generalitat y militantes de Unió Democràtica de Catalunya (partido pequeño en militancia pero enorme en la devoción por el latrocinio de sus miembros más destacados), condenados (en un caso, más de una vez) por distintos cargos que algo tienen que ver con la corrupción . Ahora sabemos a cambio de qué apoya Convergència i Unió las sucesivas reformas laborales y económicas impulsadas por el Partido Popular, también aliado suyo en Catalunya. Queda claro que Mariano, Arturito y sus adláteres no negociaban lo mejor para sus países, o la forma de jodernos menos con sus recortes, y que los que gobiernan en Sant Jaume no van a Madrid sólo a demandar pactos fiscales, más autogobierno o naranjas de la China: van a pedir que saquen del trullo a sus corruptos, a sus enchufados, a nuestra vergüenza, ésa que, vaya usted a saber por qué, se cree mejor que la de Gürtel, los ERE o el Palma Arena. Y hacen bien en pedir lo que piden, y hasta en obtenerlo, pues no hay suficientes cárceles para tanto hijo de puta.