PAPAGORDO: EN CASA DE RAIMUNDO AMADOR. 2011. 60´. Color.
Dirección : Laura Llamas Blasco, Víctor Morilla Rivas; Guión: Laura Llamas; Dirección de fotografía : Víctor Morilla; Dirección musical: Joan Pons, Pablo Gregorio, Álex Vilches, Aleix Sans; Música: Raimundo Amador; Producción: Víctor Morilla, para La Mina Produccions (España).
Intérpretes: Raimundo Amador y su familia, B.B. King.
Sinopsis: Documental que muestra la vida cotidiana del guitarrista Raimundo Amador.
«Aquí vive un músico». Eso dice una baldosa clavada en la pared de la casa del artista sevillano Raimundo Amador. Esta película nos muestra cómo es el antiguo miembro de Veneno y Pata Negra en su quehacer diario, lejos de los focos y los estudios de grabación. Y nos encontramos con una persona sencilla, con un padre y abuelo que adora a su familia, va a la pescadería y prepara la comida mientras discute con su esposa, se queja de su aumento de peso y del dolor de riñones, y habla de las cosas que le pasan por la cabeza cuando no está de gira o grabando discos. Pero, sobre todo, nos encontramos con un músico enamorado de su profesión, que muestra orgulloso su colección de vinilos, tan numerosa como desordenada, habla con mucho cariño de sus guitarras o de los músicos cuyo arte admira, e improvisa con un talento en posesión de pocos guitarristas con aires flamencos o sobre el The healer que grabaron hace poco más de dos décadas John Lee Hooker y Carlos Santana. Es ahí, en el fluir de sus dedos sobre el mástil de Mariquita, o de cualquiera de sus otras guitarras, donde Raimundo Amador se expresa de verdad, donde vemos el arte que lleva dentro ese gitano de las Tres Mil Viviendas. No hay glamour, ni escenarios, sólo lo que hay detrás de la escena. Y un cariñoso reencuentro con su ídolo y amigo B.B. King, que siempre da dinero a los niños porque le da buena suerte. Todo muy artesanal, pero hecho con mucha gracia y ninguna pretenciosidad, cosa que se agradece en esa feria de las vanidades que es el mundo del espectáculo. Un trabajo pulido y honesto, que atrapa por su sencillez, y porque homenajea a uno de los no demasiados músicos de verdadero talento que hay en España.