9 SONGS. 2004. 69´. Color.
Dirección : Michael Winterbottom; Guión: Michael Winterbottom; Director de fotografía: Marcel Zyskind; Montaje: Mat Whitecross, Michael Winterbottom; Música: Black Rebel Motorcycle Club, The Dandy Warhols, Primal Scream, Franz Ferdinand, Superfurry Animals, Elbow, The Von Bondies, Michael Nyman; Producción: Andrew Eaton y Michael Winterbottom, para Revolution Films (Gran Bretaña).
Intérpretes: Kieran O´Brien (Matt); Margo Stiley (Lisa); Black Rebel Motorcycle Club, The Dandy Warhols, Primal Scream, Franz Ferdinand, Superfurry Animals, Elbow, The Von Bondies, Michael Nyman.
Sinopsis: De viaje por la Antártida, Matt recuerda a Lisa, una chica norteamericana a la que conoció en un concierto y con la que inició una relación basada fundamentalmente en el sexo.
A priori, 9 songs tiene muchos elementos para resultar interesante, fundamentalmente tres: sexo, drogas y rock & roll. Y no lo es, básicamente porque detrás de esos tres elementos mencionados no hay película. Winterbottom enlaza planos y escenas, muy bien filmados y la mar de modernos, de los encuentros sexuales de una pareja y de los conciertos a los que asisten entre polvo y polvo, pero no hay hilo narrativo, ni progresión dramática, ni el film despierta mayor interés que el que puedan tener esas escenas de sexo explícito y las canciones que se oyen… de unas bandas que, a excepción de Franz Ferdinand y, sobre todo, Primal Scream, tampoco me dicen gran cosa. No entiendes por qué la relación de los personajes va más allá del primer polvo, no ves que haya entre ellos nada más que sexo, el pretendido relato del auge y caída de la relación hay más bien que adivinarlo, y todo se mueve en la superficialidad más absoluta. Que es la característica principal de gran parte de las relaciones de pareja, de acuerdo, pero que necesita de otros ingredientes para ser cinematográficamente interesante. No es, desde luego, la película pornográfica que muchos pacatos han querido ver: el sexo se muestra de manera realista (todo el film, de hecho, está rodado de forma casi documental) y a Winterbottom no se le niega el talento. Pero su película decepciona por vacía, por repetitiva y por banal. Al acabar, sabes de los personajes lo mismo que a los diez minutos de proyección: que follan mucho y que disfrutan yendo a conciertos de rock indie. Vale, y qué. Filmar sexo explícito en una película convencional, siendo de aplaudir, no lo justifica todo. He leído que los escasos y prescindibles diálogos fueron en su mayor parte improvisados por los intérpretes. Por desgracia, no me extrañaría. Experimento fallido, en suma.