Categoría: frases célebres

Homenaje a un hombre que rebosaba sabiduría. Tal vez a Umberto Eco, europeísta convencido, le acabara de rematar el vergonzante pacto con el Reino Unido. En todo caso, ahí dejo una de sus muchas frases memorables: «LOS PROFETAS DEL MIEDO ESTÁN DISPUESTOS A MORIR POR SUS IDEAS, PERO PREFIEREN QUE OTROS LO HAGAN ANTES QUE…

Lo dijo Thomas Mann, que sabía muy bien de qué hablaba: «LA TOLERANCIA ES UN CRIMEN CUANDO LO QUE SE TOLERA ES LA MALDAD».  

Uno de los grandes teóricos del marxismo, Antonio Gramsci, demostró que la humanidad se divide entre los que utilizan la cabeza para pensar, y quienes lo hacen para embestir: «MI PRAGMATISMO CONSISTE EN SABER QUE SI GOLPEAS TU CABEZA CONTRA LA PARED, SE ROMPERÁ TU CABEZA, Y NO LA PARED».

No es la más famosa, pero sí una de las mejores frases del político inglés Winston Churchill: «LA IMAGINACIÓN CONSUELA A LOS HOMBRES DE LO QUE NO PUEDEN SER. EL HUMOR LOS CONSUELA DE LO QUE SON».  

Hace más de un siglo, Piotr Kropotkin ya sabía que el fin de la historia sería un mal fin: «LA CIENCIA DE ADQUIRIR RIQUEZAS ESTÁ EN ENCONTRAR CIERTA CANTIDAD DE HAMBRIENTOS, PAGARLES TRES MONEDAS, HACERLES PRODUCIR POR DIEZ, AMONTONAR UNA FORTUNA Y ACRECENTARLA DE INMEDIATO MEDIANTE ALGÚN GOLPE DE MANO CON LA AYUDA DEL ESTADO».

El escritor francés Henri Barbusse definió de forma muy exacta un problema mental muy extendido: «CREER PORQUE SE TENGA INTERÉS EN CREER ES UNA PROSTITUCIÓN DEL ALMA».

Francisco de Quevedo ya desenmascaró hace varios siglos a una subespecie muy en boga en esta época: «SI HACES BIEN PARA QUE TE LO AGRADEZCAN, MERCADER ERES, NO BIENHECHOR; CODICIOSO, NO CARITATIVO».

En esta época de mucha opinión y escasa reflexión, es bueno volver a Montesquieu: «LA LEY DEBE SER COMO LA MUERTE, QUE NO EXCEPTÚA A NADIE».

Algunas de las frases más ingeniosas que se han dicho sobre el sexo llevan la firma de Woody Allen. He aquí una de mis favoritas: «EL SEXO SIN AMOR ES UNA EXPERIENCIA VACÍA. PERO, COMO EXPERIENCIA VACÍA, RESULTA SER UNA DE LAS MEJORES».

En estos tiempos de dobleces, ambigüedades e hipocresías, no está de más recordar una frase de Malcolm X: «RESPETO MÁS A UN HOMBRE QUE VIENE DE FRENTE, INCLUSO SI ESTÁ EQUIVOCADO, QUE A OTRO QUE VIENE COMO UN ÁNGEL PERO RESULTA SER UN DEMONIO».